Thursday, April 17, 2008

Pediculus Pediculi

Ya a finales del XIX Enzo Pigarosso, entomólogo de la Universidad de Bologna, supuso su existencia al encontrar junto a la tumba de un legionario romano una colonia de ladillas que "……..presentaban un eccema genital y un rictus muy particular.." (Pigarosso E; De Re Parasitollogica. Pp 345 y ss. Ed Universitaria, Bologna 1899). Desde ese momento dedicó su vida a la búsqueda (infructuosa) de un ejemplar vivo. Obsesionado por la idea, terminó su vida de palanganero en un burdel del Molinete cartagenero, armado de una lupa se afanaba en encontrar el parásito en los genitales de los clientes, por lo que recibió el sobrenombre de "El profesor palanganas". Murió a manos de un marinero alemán que creyó que la lupa era una alusión a su pene.

Charles Chamberlain, profesor de parasitología aplicada de la Universidad de Cambridge, recibió, en 1927, una carta de un sargento chusquero del tercio Duque de Ahumada en la que describía comportamientos extraños de las ladillas cuarteleras. Viajó a las islas Canarias, donde con estupor pudo observar como estos parásitos realizaban movimientos parecidos a piruetas. Estupefacto por el tamaño de las ladillas cuarteleras (My God , son como nécoras !, dijo luego a su colega Raimmond Pendergast, de la cátedra de entomología de Oxford- Chamberlain Ch. :Cartas desde Coria. Ed. Hamandchips, 1945, Oxford-), dedicó su carrera, sin éxito, a la búsqueda de semejante insecto.

Aunque no consiguieron describir al parásito le dan el nombre con el que ahora se conoce: Cocoroco ( del griego; Kokoroucos :el que brinca mientras se frota los genitales).

En la actualidad distintas universidades intentan aislar un ejemplar sin demasiado éxito. Si tienes información sobre el tema deja un comentario

2 comments:

magresico a la sal said...

Muy interesante la historia de los cocorocos. Es una curiosa investigación

Eme Navarro said...

Sí, lamentablemente muy pocos estudios hay más sobre el tema. Ya sabes que en el occidente decimonónico la ciencia experimentó un auge social y la entomología, en particular, se vió estimulada por un Darwinismo floreciente (no debemos olvidar que el polémico Origen del Hombre se publicó en 1871.
Inexplicablemente la teoría cocoroca, rápidamente cayó en desuso o, simplemnte dejó de estar de moda.
Algunos apuntan, no obstante, que el declive se debe más al furor que se impusó a prncipios de siglo por la ingeniería, ciencia totalmente inútil, en detrimento de la entomología y la parasitología mucho más interesante y productiva como podemos comprobar hoy día en la clase política que nos rodea.