Wednesday, November 09, 2005

La ciudad de los prodigios


Conocí la obra de Mendoza en mis últimos años de facultad, cuando compartía piso con Santi, Juan , Leo y Gerardo en el madrileño barrio de Embajadores. En un piso encima del mercado de Legazpi, devorábamos a Boris Vian, Burroughs, Burgess, Cendrars, Borges y nuestros preferidos Valle y London entre partidas de dominó, salidas a La Vía Láctea, Pentagrama, King Creole, El Bar Iris (el bar de los punkis le llamábamos) o el Velarde (¿donde estarás Charlie?) en plena movida Madrileña y Cocoroca.
Describe Mendoza una Barcelona decimonónica y finisecular hace tiempo tocada por las luces de la Ilustración en serio contraste con un Madrid cateto e inmovilista. Y en este mismo cuadro de una España embozada aún, de callejones húmedos con recuerdos de fragancias del sexo de las cármenes cigarreras y la pasión atea de las saetas, en el penúltimo año del siglo XIX, nace la SGAE y más de cien años después no ha cambiado sus planteamientos. Ojo! que Mendoza no hace referencia alguna a esta panda. Sí describe en cambio, una Barcelona burguesa donde sus lógias buscan el conocimiento y sus políticos el hacerse oir en Madrid. Pero merece la pena el libro pues en esa época, umbral de un siglo preñado de creatividad y de bazas de espadas, también se crea la SGAE y sus planteamientos actuales, liderados por ese "p'tit maestre" con apellido de lacayo y más ávido de lucro que de conocimiento, no sólo no han variado si no que se aferran a ellos como una rata naúfraga a un madero de deriva. (continuará.....)

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